LOURDES TARRATS

FRONTERA DE ALMAS

 

El afecto fraterno
es una corriente secreta,
fluye entre las piedras
secretas del alma,
y nunca se detiene.

Es la línea leve, fina
que rompe la noche,
la huella que reintegra
la esperanza al vacío.

Es raíz que se hunde
en la tierra del otro,
y escarba con pasión
para encontrar el centro,
y en la hondura de su sombra
germina la luz compartida.

Es un rayo suave
que interrumpe el sueño,
una herida luminosa
que nos recuerda
que, aun en la distancia,
no estamos solos.

Este afecto no pide nombre
ni reclama promesa,
solo se ofrece, sin reparos,
como pulso que late
en todos los cuerpos,
como un secreto de antes
que nos hermana en silencio.


Fue un no sé qué,

pero el alma reconoció el afecto

como si volviera a casa.

—L.T.
12/3/2025