Añeja elegancia

Soy como el vino bien cuidado,

de esos que reposan en silencio

hasta encontrar el momento exacto

para dejarse sentir.

En mí no hay prisa,

hay presencia.

No hay ruido,

hay sutileza.

Y cada gesto mío

lleva la calma de lo que se ha aprendido

y la chispa de lo que aún desea.

Quien me mira con atención

descubre un brillo suave,

una fortaleza silenciosa,

y un corazón que late

con la elegancia de lo que no necesita gritar

para ser inolvidable.

Soy sabor que permanece,

caricia que se pronuncia a media voz,

y misterio que se desdobla

solo ante manos que saben sostener

con delicadeza y admiración.

Porque he comprendido

que la belleza no se apaga:

solo se vuelve más profunda,

más fina,

más mía.

Y así camino…

serena, intensa,

y deliciosamente viva,

como ese vino que mejora

con cada año que lo toca.

 

@Copyrigth

Elizabeth Alejandra Castillo Martínez/Liaazhny

Noviembre 25,2025.