Claro que aborrezco la idea de formar hogar
Me parece tan aburrida la premisa de tener cuatro hijos
Con nombres extraños e impronunciables
Para que nadie en la cuadra se llame igual que ellos
Anticuado me resulta pensar en añadir
Una mascota a la ecuación
Inquieta y malcriada
Que va poniéndole marcas de dientes a todo lo que se le presenta
Y que nos dé la bienvenida más amistosa
A la cueva oscura e inhóspita que llamaremos morada
Ridículo ¿no?
El imaginar que esa cueva tendrá una terraza
Que verá lejana a las montañas
Donde el sol nos avisa que ya va de salida
Y nos regala el cielo con colores más abrasivo
Que una familia puede ver
Siendo respuesta a la aburrida monotonía
Que nos dará la rutina que tanto adoro.
Hasta cansado me parece
Imaginar ese cuarto bunker
Que llamaremos recamara
Donde habrá un sinfín de historias
Ajenas entre sí, pero entretejidas
Por ser nosotros los autores de las mismas
Las paredes estarán cansadas de escuchar
Tus quejas y mis quebrantos
Serán testigos de cuánto me amas
Con el simple parpadear de tus ojos
Gigantes y brillosos
Que me metieron todas estas ideas a la cabeza
De las que me mofo con la fuerza suficiente
Para que nadie me escuche.
Asqueroso
Repulsivo
Desagradable
Quien podría pensar que formar hogar sería tan nauseabundo
Tan poco ético, escaso de moral
Tan repudiable al gusto y al olfato.
Afortunadamente
Nunca he tenido los escrúpulos suficientes
Carezco de principios
Y de sentido común
Gustoso y con hartas ganas
Me atrevería a realizar todas estas barbaries
Si son de tu mano, con tus valores como guía
Y nuestro amor realiza la función del quinqué
Que se necesita para iluminar nuestro camino
Ser cochambrosos
Vivir en inmundicia
Sentar cabeza, y formar este hogar contigo.