Una tarde calidad,
de estas en que la tarde se van rápido,
entre el dulce jugueteo de nuestras
manos y nuestras risas de alegría y
felicidad, nos emborrachábamos, de
toda esta dulce pasión y bello fulgor,
fue aflorando bellos sentimientos,
que, con el tiempo, se
nos cubrieron de nuestros ojos y no logra vamos verlos,
por todo un pasado que nos indicaba,
que no podíamos amarnos ni ser amados.
Tú, que con voz tierna y suave me fuiste,
llevando a temperatura adecuada y saber cuándo aumentar
el fuego y permitirnos saber que estábamos en
el punto exacto de nuestro amor.
Encontré esa tarde a
alguien que la tenía enfrente desde que nos encontramos,
pero no logre entender que ella era
la que habitaba dentro de ti, una pequeña dentro de ti,
que fulguraba, bella y radiante dentro de ti.
Herida por mil situaciones ante la vida y de la
cual supiste superar.
Gracias mi corazón por haberte cruzado en mi vida,
razón para mejorar y ver que hay una meta que vale la pena.
Hable con ella, con mi niña y le pedí que me perdonara,
porque no supe valorar lo que dejé ir. Fue tan noble y bella
que me permitió dejar llegar a donde le daba miedo, a su corazón,
el centro de nuestra motivación y donde guardamos miedos
y rabias y rencores,
sé que con palabras no solo puedo demostrarle,
lo que siento por ella, hacen falta hechos
tangibles que lo demuestren, que es así.
Te Quiero y Te Amo mi Ángel de Luz,
llegaste para hacerme entender, que solo si me perdono
yo primero, podre perdonar a otros,
aunque ellos no hayan sido los que de alguna manera
se equivocarán conmigo.
Encontré el perdón de ti,
en mi ser, porque es de adentro del alma
que solo una perdona puede perdonar y sanar.