Alex Pantoja 23

El préstamos

Y no nos

atamos,

no fuimos

crueles

con el otro

ni obligamos

al amor

a que sucediera,

porque sucedió

de una  forma

tan natural,

sin ataduras,

sin apuros.

Pero ambos

sabíamos

que en algún

momento

tenía

que acabar

todo esto.

Pero,

mientras

eso aún no sucedía,

nos seguíamos

prestando

nuestras vidas,

nuestros labios

y nuestras manos.