Estoy solo,
aunque la habitación siga llena.
Sigo en búsqueda de un refugio
en un mar sin velas.
¿Quién ha de rescatarme de este gran mar
en el que he despertado sin poder escapar?
Siento que, poco a poco, me voy hundiendo;
no sé cuánto más pueda aguantar.
Necesito pisar tierra firme.
Tengo que esforzarme por despertar.
Esto es una tortura emocional
de la que todavía no logro salir.
Si no lo hago yo,
¿Quién más lo intentará?
Debo dar el primer paso
si quiero encontrar un buen final.