Es un genio del absurdo
un titán de la mentira
un fantoche que delira
en sus sienes, lo más burdo.
¿Me disculpa si lo aturdo?
¡Cómo digo lo contrario,
si lo veo siempre a diario!
Va mostrando su locura
la que absurda más perdura,
si le dicen: ¡dignatario!
Es audaz del diente al labio
un espíritu maligno
que aparenta ser benigno
pero carga su resabio.
Dicen muchos: —«es un sabio».
Yo no creo, para nada,
si con filo de su espada
la conciencia te enajena
y en verdad, con mucha pena,
mucha gente va engañada.
Es un pulcro en el desagüe
que se va a la alcantarilla;
pero miren… ¡maravilla,
aunque el bien con mal lo pague!
Quien su verbo más lo trague,
traga siempre más desgracias
pues abundan, las falacias.
Pero el “ciego” ve fortunas
revolcándose en las dunas
y es el colmo… ¡dando gracias!
Es un rey con muchas mañas
tejedor de sueños falsos
y también de los cadalsos
donde mata con sus sañas.
No le duelen las entrañas,
nunca siente el sufrimiento
pero es bueno, con el cuento,
¡que trabaja por los pobres
que, aunque bebe aguas salobres,
con el rey está contento!
Es un Judas Iscariote
que les besa la mejilla
y no saben que maquilla
esos besos con azote.
¿Quién entiende con garrote,
quién entiende con palabras?
«Cuando tú la tierra labras
van saliendo suciedades.
Y aparecerán verdades
cuando las pupilas abras...»