Busco mi casa:
en las palmas esparcidas, infladas por el viento
en las calles lúgubres, con casas destruidas que besan la tierra
en las puertas maltrechas, laceradas por balas y machetes.
Puertas roídas, vivienda de comejenes y polillas.
Mediadoras entre la salvaje vida y la violenta muerte.
Busco mi casa, en él
sudor infractor, de manos callosas, que dejaron sus huellas agónicas
en el sitio agreste, de llantos, masacres, y violaciones de niñas
en mi imagen de niño
en mis sueños, juegos, risas y lágrimas
en la miseria lúgubre del tiempo.
¡Solo encuentro!
Entre ruinas de un pueblo fantasma
La fértil cama de lona, que me vio parir.
Y los signos de la violencia irreverente
que, a muchos asesinó
y a los otros………… ahuyentó.