El Corbán

ESTIRPE DE MI ORGULLO

 

Matías, bruma encendida,

se alzó entre cuatro estandartes,

no como alcalde en la lista

pero sí en altos baluartes,

teniente de luz altiva

sobre regidores y marchantes.

 

En la campaña me puso,

con fervor casi doliente,

junto a padres que latían

en un clamor incandescente,

y allí mi pecho temblaba

con un orgullo omnipotente.

 

Hasta Lucca, fiel dorado,

su fulgor canino esparció,

y con su ternura áurea

infancias enteras venció,

pues su mirada inocente

medio colegio encandiló.

 

Ganó con esfuerzo acerbo,

con constancia que no miente,

y aunque el mundo a veces hiera

su paso firme lo sostiene,

porque aprenderá que el triunfo

está en el alma que se empeñe.

 

Hoy mi orgullo se desborda,

como un sol marchito que asciende,

distímico en su nostalgia

pero feroz en lo que siente,

pues en su noble compromiso

mi corazón vive consciente.