Hay caminos que se quiebran
aunque un día fueron refugio,
y el alma queda temblando
como ala recién herida.
Pero tú —mujer de mareas hondas—
sabes rehacerte en silencio,
paso a paso,
soplo a soplo,
hasta encontrar de nuevo tu centro.
A veces duele soltar,
pero soltar también es vida:
es permitir que la luz vuelva
a donde el amor ya no cabía.
Y mientras sanas el cuerpo
y remiendas el alma,
recuerda, amiga mía:
no hay noche tan larga
que no termine en abrazo,
ni herida tan profunda
que no florezca un día.
Aquí estoy, cerquita,
no lejos del teclado,
cuando quieras,
cuando puedas,
cuando tu corazón lo pida.
—LOURDES
Lourdes Tarrats
Poeta estadounidense
Ciudadana universal
https://www.poemas-del-alma.com/blog/usuario-208342
📷 de Internet
(ante cualquier advertencia
será retirada de inmediato)