Frente a las redes sociales, telarañas que enredan las mente y los medios que simplifican la verdad,
que el camino sea lucha digna, la bandera y la garra...
Y el impulso sea el entendimiento, impulsado desde el corazón.
Y sin bajar la guardia ni ceder a los embrollos del que dirán, ante la vacuidad y el ruido del exterior…
sin melodía ni condición.
Que la fuerza interna sea el motor de empuje, y el espíritu, la luz guía que ilumine cada presencia, cada camino y cada andar.
Lejos de esa corriente, donde la verdad se disuelve y solo queda la falsa ilusión, el vacío y la mediocridad.
Frente a lo efímero, lo tóxico y lo ilusorio, mejor no acoplarse, nada de conformarse y sí, un día sí y otro también.
Ya que el tiempo es un tesoro, este no merece su desperdicio, ni mucho menos su perdición, en cada pensamiento y en cada acto… acción, reacción!
¡Sí, acción, reacción!
Y que las semillas del pensamiento, que le quieran libres de toxicidad, sean iluminando el camino por las ansias de saber y el hambre de entender…
y no por la necesidad de tener o querer.
Y ante lo efímero, lo tóxico o superficial, cuando la luz no ciega ni grita, enseña, y el paso se escucha antes de romper la piedra.
Bajo el manto de la claridad, de la propia esencia y ser, frente a las redes sociales, telarañas que enredan la mente, y aquellos medios que simplifican la verdad...
¡Siempre hacia adelante, ni un paso atrás!