Soy la fiebre. Una gata en lo oscuro. Y las noches no son sueño. Es solo esta jaula.
No duermo.
Busco su olor, su huella. Mendiga de su cuerpo. Lo busco. Y es la nada.
El corazón no late. Martillea. Quiere romper estas costillas, huir.
Estoy vacía. Estoy desesperada.
Me quema el agua bendita de sus besos.
No hay rival.
El enemigo no está afuera. Está aquí, en la garganta.
Me arrancaré la piel hasta que solo quede sangre. Es la única ofrenda.
Peleo contra mí. Contra lo que no soy.
Quedará ceniza. Ni él. Ni yo. Solo esto.
m.c.d.r