AJimenez.f

Lo que arde en mí.

Cuántos poemas, cuántas cartas quise lanzarte al alma…

Pero en este tiempo amar así se mira con burla,

como si sentir profundo fuera un crimen

y desnudar el corazón, una rareza imperdonable.

No lo entiendo.

Porque para mí, escribirte sería un acto sagrado,

un gesto humilde, feroz y luminoso,

lo más humano que podría hacer por alguien.

 

 

He encerrado tantos versos en mi pecho

por miedo a parecer desbordado,

a que me llamen intenso o, peor, desequilibrado.

Pero yo no sé amar en tibieza:

mi amor ruge, devora, se derrama sin pedir permiso.

No sé fingir calma cuando, por dentro,

me incendia tu simple existencia.

 

 

Y sí, al leer una sola línea podrías decir

que estoy loco.

Y tendrías razón.

Estoy loco.

Loco de amor,

loco de sentirte incluso en lo que no existe,

loco de querer darte todo este torbellino

que guardo entre las costillas.

Una locura que rasga, que desborda,

que pide salida como un grito atrapado.

 

 

Solo espero a que aparezcas —tú—,

esa presencia capaz de sostener mi tempestad,

para liberar por fin, sin miedo ni pudor,

esta fiebre dulce y brutal

que llevo años conteniendo.

 

 

Y así poner fin a esta locura:

locura de pensarte,

locura de quererte,

locura de sentirte en cada silencio…

y romper, por fin,

esta última locura:

la de callarte todo lo que arde en mí.