Por mucho que te esfuerces por pulirla,
de una piedra vulgar
jamás saldrá una gema.
La gema nace excelsa en sus raíces
sin deseos de lujos ni grandeza,
y entre cienos inmundos,
nos muestra su color y su belleza.
No se dirá que la humildad no es bella.
Sin luchar por el rango que merece
la suben hasta el podio de la envidia,
y a causa de su brillo, el mal florece.
¡Oh dioses, que vais dando sin medida
la gloria a quienes nada os han pedido!
No se puede meter,
el sol en una caja
y en su lugar dejar una candela.
Respetemos la brillantez lozana
y valoremos la humildad discreta.