Soy ese admirador secreto, descubierto, que cada mañana te regala un me gusta y reseña tu foto, dejando de lado el psicoanálisis. Soy el que te escribe poemas que a veces lees como quien ve el estado del tiempo y suspira debajo de un cielo nublado esperando que el sol salga y brille una mañana cuando te encuentres con mis letras y entiendas el silencio de todo este tiempo.
He tratado en vano de llamar tu atención. Con tímidos me gustan; otras veces comente tu foto, le regale un “me gusta” al personaje que sigues y que de alguna manera denota, un lugar en tus sentimientos. Una ilusión distante, que se disipara como humo, al llegar el fin de una fantasía, porque a pesar de la constancia monótona la soledad sigue instalada en ti y yo la descubrí.
Claro está que no pretendo ocupar un lugar en la fila, tampoco competir con nadie, ni me gustan las migajas. Pero si pienso que más temprano que tarde los caminos se cruzan, satisfaciendo un destino, realizando un sueño o poniendo los sueños en la misma almohada, dejándote a merced de tus sueños y los míos, buscando sanar del flechazo de cupido, que ha impactado a ambos.
Que curiosa la vida actual. Lo que no encuentras en sus calles, te lo ofrece una pantalla, no te digo que he estado buscándote, porque al verte en un centro comercial quizá me hubiera detenido en tu cuerpo, tu caminar, tu pelo o tantas cosas bellas que tienes. Difícilmente hubiera descubierto la soledad de tu barca que abre cada día sus velas, en un océano sin poder navegar
Ahora, al pillarme, al ser descubierto queriendo peinar tu alma y acariciando tus sueños, te das cuenta de que el admirador secreto, el poeta. Va más allá de una hoja y un bolígrafo. Ahora comprendemos que los sueños también son premonitorios. El destino, el universo y hasta cupido tiene sus propias formas de ponernos en el camino correcto, como hoy., que descubres mi
pretensión.
LENNOX
EL QUETZAL EN VUELO