Aunque tu flor por el tiempo esté marchitando,
la vida te deshoja floreciendo...
¡Ay, amor siempre vivo!
De ti solo tengo fuego,
de tanto morir y renacer en tu cuerpo,
en cada acto, sin retracto...
Sembrando el futuro,
en el instante ardiente en que me entrego,
a la magia de tu momento...
Y aquí a mi lado,
de caricias te voy llenando...
Dime que no han pasado los años, amor mío...