El tiempo que disfruto su regazo
es tiempo de alegrías y de ensueño;
que trae resplandores celestiales
que brillan con la magia de alborada,
y portan de ilusión la fina copa
que guarda de ilusión su flama intensa.
Vivir de la mujer lascivia intensa
es forma de soñar en su regazo
pidiéndole nos cubra con la capa
que tiene los colores del ensueño,
con rayos que destilan la alborada
tejida con encajes celestiales.
Se viven regias glorias celestiales
si encuentras del amor su llama intensa,
sintiendo que la mágica alborada
ofrece con sus lumbres el regazo
que abriga los suspiros del ensueño
usando de Afrodita suave capa.
Bordada de ternura es esa capa,
por manos de criaturas celestiales
que imprimen los matices del ensueño
que porta del delirio llama intensa
que busca las caricias del regazo
que abraza con ardor en la alborada.
Igual que suave brisa de alborada
se siente lo mullido de la capa,
que sirve a nuestro anhelo de regazo
que ofrece las caricias celestiales,
con fúlgido fervor de luz intensa
que es tea que cobija nuestro ensueño.
Por eso mi poema es un ensueño
que nace cual estrella de alborada,
y lleva iridiscencia tan intensa
que sirve a mis metáforas de capa
brindando los arrullos celestiales
que son de la pasión el fiel regazo.
Regazo que protege dulce ensueño
con nimbos celestiales de alborada
y es capa del amor con ansia intensa.
Autor: Aníbal Rodríguez.