Todo está listo para ese gran concierto
cesan los murmullos, todo es silencio
el público ansioso espera el momento
te preparas, inhalas y cierras los ojos
inicias tu solemne interpretación musical
acompañado de tu preferido instrumento.
Entusiasmado, comienzas tu gran recital
tonadas dulces y ensoñadoras
traviesamente se comienzan a escuchar
el ambiente se inunda de una tierna musicalidad
solo tu música se puede escuchar.
Abres los ojos, visiblemente extasiado.
poco a poco regresas de tu sonoro viaje
ese donde tu inocencia fue capaz de llegar
dejas de soplar tu pequeña trompeta para recibir
agradecido y emocionado, las muestras de admiración
de ese público, que como su ídolo hoy te ha mirado.
Entre callados y sobreentendidos aplausos,
has concluido tu ejecución magistral
y en medio de un silencio sobrenatural
tu corazón de alegría comienza a saltar.
Y es qué solo él ,ha logrado imaginariamente escuchar
esos aplausos que tu preferida audiencia (peluches)
que por todo el auditorio mudamente hicieron sonar
después de ese gran emotivo final.