Yo me figuraba con el otro:
el que el mundo hubiese construído
en mí,
si no hubiese tenido la cobardía
o la valentía de revelarme.
Yo me figuraba, Dietrich
Sontag: la ciudad pasmosa
que nunca duerme,
con sus tragedias familiares
puerta adentro
y afuera.
Pero esos cuadernos fueron
el destino de los astros:
allí bailaba lo que enceguecido
suele darnos el impulso
a cada paso, a cada pensamiento.
Pero el mundo era otra cosa
de lo que siempre soñaba;
quizá más cruel,
quizá menos sombrío que yo.
Pero abdiquè,
y legué mi báculo
a otro indeciso;
un escribidor
que pretende serlo.
- Esteban Espinosa.