Buenos días, amor de mi vida, mi faro y mi calma,
la lluvia golpea el cristal, el frío nos cerca;
mas si tu aliento roza mi piel, si tu dulce alma
se anida junto a la mía, ninguna pena me cerca.
No importa la inclemencia que el cielo nos depare,
ni el gélido embate que el viento nos prometa;
tu presencia en mi senda es el sol que repara,
la razón más profunda, la más bella profeta.
Gracias por cada gesto que tu amor me brinda,
por la confianza pura que en mis actos has puesto;
contigo mi camino jamás se deshilacha ni se rinda,
eres el ancla firme de mi más hondo opuesto.
En tus ojos encuentro el sentido y la razón de ser,
el eco de un latido que al mundo me abraza;
y en cada nuevo día, al verte amanecer,
sé que contigo la vida su más noble verdad traza.
Que el amor es más fuerte que cualquier ventisca,
más eterno que el tiempo, más hondo que el dolor;
y mientras tú estés junto a mí, mi dulce amazona,
el universo entero se rinde a nuestro ardor.
Buenos días, mi amor; que la vida te sea amable,
que el sol en tu sonrisa encuentre un nuevo fulgor;
tu existencia es la fuerza inquebrantable,
**mi razón, mi sentido, mi eterno amor.**