– LA ESPERANZA A LA INTEMPERIE
Voy a desnudarme
y ofrecer mi ropa a la esperanza:
Es la única virtud
que pasa la vida a la intemperie.
Entrego con gusto mis ropajes
y me lanzo a la calle
a pecho descubierto,
mostrando mi alma entre mis dedos.
Es mi corazón quien va cantando
y todo el cuerpo entonces
danza con su música.
No me avergüenza
dejar toda mi piel visible porque,
el alma que no se alegra,
el corazón que no canta
y el cuerpo que no baila
no vive en su vida,
ni alimenta sus virtudes con gloria.
Lo divino no se alcanza en la tristeza,
y es humano no rendirse
y que el alma no entregue su espada,
que no rinda su cuerpo
ni doble a la primera su rodilla.