Jesús Ángel.

Guerreros.

 

Ninguna montaña
se escala sin esfuerzo,
como ningún guerrero
nace siéndolo.

Se forja con el tiempo,
a base de retos,
de sufrimiento y batallas
ganadas, y a por más.

Guerreros.

Dícese de aquellos,
armados de mente,
físicamente resistentes,
espiritualmente libres
y con un alma
inquebrantable.

Autodidactas,
que persisten,
resisten y renacen.

Dícese de aquellos,
guerreros,
por haber soportado
tempestades,
por haberse hecho fuertes,
por haber domado el dolor
como caballo sin brida en noche cerrada,
a lo largo de su viaje.

Y por haber renacido
como hierro al rojo
que se enfría en agua clara...

Firmes y resistentes
siguen su marcha,
con herida y con luz,
con silencio y con canto.