Mi día a día es una farsa. Intento convencerme de un olvido que no existe.
\'No te extraño. Te he superado.\' Lo digo en voz alta, una y otra vez. Pero cada fibra de mi ser te añora. Todo a mi alrededor es un espejo de ti, y esa imagen vive perpetua en lo más íntimo de mi alma. No queda un solo momento de calma.
Aquí, en la honestidad de la escritura, la verdad se impone: te confieso que te extraño, que sigues vivo en mis pensamientos y que nunca te he olvidado.