El poeta:
escribía versos
para alguien que jamás los recibiría.
El poeta…
podía pintar
sobre un papel
todos sus besos,
esos de color miel,
hasta que se acabaran
sus rimas.
El poeta…
encontraba en su tinta
un mundo diferente,
pero era solo un mundo de papel,
un mundo inexistente.
Detrás de sus ojos de soñador
había un poema o una rosa
o un cuento de alas
lleno de brillo…
Detrás de sus palabras
había un amor
que él encantaba
con pétalos de prosa.
En sus dedos
llevaba un pincel,
y pintaba su vida como quería,
pero su mundo
no era de verdad,
él vivía feliz
solo en su fantasía.
ELLA:
era su musa
y le venía al encuentro
por los pasillos de la mente.
Ella…
le decía “te amo”
e irrumpía
sus sueños dulcemente
El poeta:
estaba de ella enamorado
y con sus frases
le daba encanto.
Pero el poeta…
despertaba y tristemente
se daba cuenta
que en realidad,
ella sí existía,
Pero nunca
le había dicho te amo…
Y nunca había ido
a su encuentro…
Pero el poeta…
lo seguía inventando…
Por las noches
versos escribía
y besos de labios
se pasaba esperando.
Una sonrisa
de su boca despertaba
cuando dormía.
-¡Escríbeme otro poema…
poeta enamorado,
quiero ser parte de tu poesía!
Ella…
le reclamaba
en su incierta realidad…
…Y el bohemio:
sangraba un verso con rima
y se lo terminaba regalando.
LA LUNA:
era cómplice de su agonía
y su única compañera
cuando por las noches,
divagando,
volvía a casa
a inventar aquel encuentro
entre ÉL y su amada,
que se seguía postergando.
El poeta…
un día
escribió su último poema.
La describió y se describió,
y así se encontraron.
Hicieron el amor
por única vez
pero le sobraba el aire
cada vez que besaba sus labios.
Sentía frío…
cada vez que abrazaba
su cuerpo de papel
y ya no sentía nada
cuando acariciaba su piel.
Entonces tomó la decisión,
esa sería su última noche.
Y ya no quiso despertar
sin su febril cuerpo
de amante fiel.
Quiso permanecer
dentro de su poema ingrato
pues tenía miedo
que ella despertara con él,
y que todo siguiera siendo
una burda irrealidad de su relato.
Y sobre aquel papel
escrito con ojos aguados
yace su último poema,
donde encontró el infinito
en su amor anhelado,
su amor…
que lo condenaba cada día
a ser simplemente…
…UN POBRE POETA ENAMORADO…