Tu tragedia vista por Filira, llenando los océanos, agitando a los dioses.
En el abismo, el estruendo agónico sin poder morir.
La flecha envenenada por el torpe Hércules, lanzada como espada de oro.
Fue tan sabia tu suerte, en tu destino inmortalizado centauro celestial.
Sin domar el dolor, hibrido animal de fuerza sobre tú lomo.
Escondido en tu cueva; Tus heridas sangrantes, congeladas en estrellas distantes
Tu tragedia vista por Filira y Cronos, quienes te engendraron.
Dejaras el inframundo, entrara Prometeo, a espaldas de Zeus.
Muere, el titan te carga, te coloca en el cielo con arco y flecha.
Ahora Hércules levanta la vista a cada noche y ve la constelación
de Sagitario, sin dejar de llorar.