Jose de amercal

EL INTERIOR

En el laberinto álgido del alma,

donde amor y desamor libran su karma.

Un pathos profundo, en el pecho late,

entre la euforia y el cruel desdate.

 

El amor, crisol de anhelos fervientes,

emana efluvios de besos ardientes.

Un néctar divino, que embriaga el ser,

en un idilio etéreo, sin desfacer.

 

Pero el desamor, con su faz sombría,

irrumpe voraz, cual cruel felonía.

Un suplicio acérrimo, que lacera el alma,

dejando una cicatriz, que el tiempo calma.

 

En la dialéctica aciaga del sentir,

el corazón se debate, sin resistir.

Entre la esperanza, y la desilusión,

buscando consuelo, en la desolación.

 

Así, el amor y el desamor, conviven en mí,

un dualismo eterno, hasta el confín.

En esta danza agridulce del querer,

aprendiendo a vivir, con mi propio ser.