INVENTARIO FINAL
(Wcelogan)
Tuve el mundo de rodillas.
Los espejos me aplaudían
y hasta el polvo de mis zapatos
firmaba autógrafos.
Guardé billetes como reliquias,
convencido de que el verde
podía sobornar al amanecer.
El amor llegó sin tocar la puerta:
sonrió, posó para la foto
y desapareció con el flash.
Fui dueño de todo
menos del pulso que me sostiene.
Las noches empezaron a hablarme
con voz de aviso de corte.
Hoy, al borde del túnel,
descubro: el cajón no trae bolsillos;
solo acepta lo que no pesa.