Ante sus malévolos ojos
ella se siente como fósil.
El le asfixia el alma,
y las súplicas
son ecos en el vacío.
En el sepulcral silencio
la luz pálida de la luna
es testigo único.
La valentía le susurra,
y rauda como el viento
va con su vida en ruina,
por los sombríos caminos.
Sus pasos la guían
hacia el faro de la libertad.