Tú, fluiste como brisa presurosa,
en la ansiedad senil precipitada,
de quien desfallece desesperada
inquiriendo ser la rosa más hermosa.
Yo, sereno como viento que retoza
en el vaivén de las olas de la mar
sosegado y tranquilo busco hallar
el oasis en la orilla que rebosa.
Tú, temerosa oteas la frontera
entre la indiferencia y cariño
te alejas como un incauto niño
que juega con juguetes de madera.
Yo, culpable del abundante silencio
como el de una noche oscura
divaga en la indiferencia segura
la frágil ruptura evidencio.