Mujer, que con imagen seductora
despiertas de pasión febril ensueño;
¡tu me haces padecer mortal desvelo
por ese bello encanto de tus formas!
Mujer, en cuya boca tan jugosa
se encuentra del amor el vino añejo;
beberme de tu labios siempre quiero
su néctar celestial que sabe a gloria.
Mujer, en cuya voz, sutil, melódica,
encuentro llamaradas del deseo;
pretendo que mis versos sean glosa
que puedan explicarte lo que siento;
y logre penetrar tu ansiada alcoba
y atiendas, por favor, mis tiernos ruegos.
Autor: Aníbal Rodríguez.