LA JUSTICIA LLEGA DE MADRUGADA
William Contraponto
Cuando la madrugada llama,
la conciencia se despierta;
la justicia llega sin fama,
y la verdad nunca se altera.
En las mesas torcidas de bares cerrados,
alguien apuesta contra su ilusión;
la sentencia cae en tragos quebrados,
sin toga alguna, sólo el carbón.
Las calles hablan más que los tribunales,
los muros guardan confesiones nocturnas;
el mayor crimen no cabe en los canales,
es el silencio de voces taciturnas.
Cuando la madrugada llama,
la conciencia se despierta;
la justicia llega sin fama,
y la verdad nunca se altera.
Entre cigarros y vasos partidos,
se paga la deuda que el día negó;
no hay juez alguno, sólo rostros heridos —
ni inocente ni reo se salvó.
La noche corrige con trazo discreto,
escribe verdades que el sol no tolera;
manda en la sombra un mundo secreto —
justicia que llega, torpe y sincera.
Cuando la madrugada llama,
la conciencia se despierta;
la justicia llega sin fama,
y la verdad nunca se altera.