Ahora son tiempos lejanos
y tú te has marchado,
yo nos he dejado;
Y ambos, nos hemos ido soltando.
Pero, tú me enseñaste
la magia de Dirac y sus cálculos,
donde si el mundo es justo
y el destino es perfecto,
nos hemos de haber encontrado,
para nunca dejarnos.
Y reinvindicarnos
en la sociedad de los nobles enamorados.