Sin el sabor de la vainilla,
porque el tiempo le fue negando esa dicha,
su vida flota a la deriva...
Dando tributo a la tristeza,
al vivir como rama combada que no endereza,
sin el amor de una esposa...
Es un señor figurilla,
al que le viste un ajado traje de mentira,
en la calle es una película...
Tocando su armónica,
canta a su corazón como única compañía...
¡Dios, qué mala vida!
Comentario de autor: La canción colgada me traslada a tiempos pretéritos de mi juventud...