Sir Frido D\'Antuna

El condenado a muerte.

Para poder usar una persona a tu capricho, tienes que engañarla primero. 

Y para eso tiene que haber 3 condiciones: 

 

1- Que tenga mucha confianza en Ud. 

2- Que sea muy pendeja, sonsa, boba, idiota, imbécil o cualquier otro sinónimo de su preferencia.

3- Que tenga muy mala memoria para poder mentirle todos los días sobre el mismo asunto.

 

Por eso, los que tenemos muy buena memoria somos personas fáciles de odiar, porque no pueden engañarnos y, por tanto,

 

no nos pueden usar. 

Excepto alguna rara ocasión que nos hagamos los pendejos por un asunto de paz interior o para confirmar alguna intuición. 

 

Pero por lo general, los que tenemos buena memoria somos odiados sine qua nom, por todos los sinvergüenzas, oportunistas, arribistas, aprovechados, chupacabras, mentirosos y vividores. 

Y todo,

porque no nos pueden usar. 

 

Imagina, si encima, tratas de despertarle al pendejo desmemoriado que sí usan desproporcionadamente todos los días en su beneficio. 

Solo imagina. 

 

Nota: Los esclavos emocionales son otro tema que ya se ha desglosado anteriormente. 

Esos miserables reúnen las tres características anteriores, y muchas más,  debido al trauma de abandono que sufrieron cuando menos preparados estaban para perder todo lo que tenían.

Cuando solo sabían de un latido y una voz que, en el momento de nacer y cambiar toda su realidad desde la placenta a la intemperie,

desaparecieron inexplicablemente.

El trauma de abandono será indefinido e irreparable. 

Siempre vivirá el pánico de volver a sufrirlo y por tanto, el mismo sujeto dejará claro su condición de objeto y defenderá con uñas y dientes el derecho que tiene el resto a usarlo a como mejor le parezca siempre y cuando le proporcionen migajas de afecto. 

En pocas palabras. \" Que nadie me quite las cadenas porque las necesito y me gustan \"