Daniii_Farías

Todo tiene su recompensa

 

Dicen que la vida es una cuesta eterna,
un camino que a veces lastima, otras enseña,
y aunque los días parezcan iguales,
cada paso deja huellas que algún día entenderás.

Porque nada nace grande,
todo empieza pequeño, tímido, casi invisible,
como una chispa en medio de la oscuridad
que todavía no sabe que será fuego.

Cuando uno lucha, aunque sea en silencio,
la vida escucha.
A veces parece que no,
que te ignora, que te suelta,
que te apaga las ganas y te roba el aire.
Pero no hay esfuerzo perdido,
no hay lágrima que no deje semilla,
no hay sueño que no germine si lo riegas con constancia.

Todo tiene su recompensa,
hasta lo que duele.
Especialmente lo que duele.
Porque el dolor pule,
el dolor revela,
el dolor te obliga a encontrarte
cuando ya no tenés dónde esconder tus cicatrices.

Y un día, sin que te des cuenta,
después de tanto caminar con los pies cansados
y el corazón herido,
la vida te sorprende.
Te pone enfrente algo que parece simple,
pero que pesa más que todas tus luchas juntas.
Un logro.
Un abrazo.
Una oportunidad.
Un comienzo que vale más que mil finales.

Ahí entendés que valió la pena no rendirse,
que los días grises también son maestros,
que las noches largas solo preparan amaneceres más limpios,
que cada caída te acomodó el alma para levantarte más fuerte.

Todo tiene su recompensa:
el que ama sin miedo encuentra compañía,
el que siembra bondad recoge manos sinceras,
el que trabaja sin descanso termina alcanzando alturas
que un día soñó desde abajo.

Y vos, que a veces dudás,
que a veces te preguntás si tu esfuerzo sirve,
si la vida realmente escucha,
si tus pasos te llevan a algún lado…
recordá esto:

No hay camino en vano.
No hay intento inútil.
No hay corazón que quede sin respuesta
si late con fe y con ganas de avanzar.

Aunque el mundo sea lento,
aunque el tiempo parezca injusto,
aunque sientas que das más de lo que recibís,
no te detengas.

Cada día suma.
Cada gesto construye.
Cada sueño te llama por tu nombre.

Y cuando llegue la recompensa —porque llega, siempre llega—
te vas a mirar al espejo
y vas a ver en tus ojos la historia
de alguien que nunca bajó los brazos,
y que por eso,
merece todo lo bueno que la vida está trayendo.