Un pez de cristal nada en la cresta de mis sueños,
las horas se derriten como cabellos de cera.
En el tejado, los pájaros tejen un río
con hilos robados a la luna.
¿Quién pintó de terciopelo el suspiro del viento?
La mesa camina, descalza, hacia el horizonte.
Nadie esta aquí,
el comedor ha quedado vacío.