Tu boca me llama, feroz, inclemente,
mi pulso se incendia, mi aliento se quiebra,
te pienso en la sombra, febril, indecente,
tu piel me reclama, mi piel desespera.
Anhelo tus labios, su roce, su herida,
la húmeda danza que enciende mi calma,
la fiebre que muerde, que roba la vida,
que bebe mi sangre y desnuda mi alma.
Te busco en la carne, temblando, rendido,
mi lengua te nombra, mi cuerpo te implora,
me pierdo en tu fuego, voraz, encendido,
donde el amor muere y el deseo aflora.
Y al fin, cuando el mundo se apaga y suspira,
me quedo en tu boca, tan cerca, tan preso,
pues todo mi ser en tu beso delira,
y en ti, mi tormento se vuelve regreso.