Ella no habla,
porque cada palabra suya
parece nacer de un soneto.
Con ella no hace falta dormir:
estar a su lado ya es un sueño.
La vida pierde sentido si no está,
porque ella es la vida.
La muerte, temerosa, alarga su paso
para no llegar a alcanzarla.
Y el universo, paciente,
la creó para ilu
minarlo todo.