Te Quiero
Te lo he expresado con la brisa suave,
acariciando tu rostro en la mañana silenciosa,
moviendo con ternura las hojas del árbol anciano,
susurrando secretos que solo tú logras escuchar,
en el instante tranquilo del amanecer dorado.
Te lo he contado con la lluvia constante,
lavando los caminos solitarios del pueblo,
besando con fuerza los vidrios de tu ventana,
dibujando ríos sobre la tierra oscura,
mientras el cielo gris nos envolvía en calma.
Te lo he gritado con el viento fuerte,
sacudiendo los cimientos de mi mundo callado,
derribando murallas que ocultaban mi verdad,
llevando en su torrente el eco de tu nombre,
Te quiero con la fuerza del huracán desatado.
Te lo he mostrado con el fuego encendido,
iluminando la habitación vacía en la noche,
creando sombras que bailan sobre la pared,
calentando nuestros cuerpos en el invierno frío,
ardiendo sin control como mi corazón late.
Te lo he narrado con las estrellas brillantes,
titilando en la inmensidad del cielo profundo,
formando figuras que cuentan nuestra historia,
guiando a los viajeros perdidos en la oscuridad,
testigos eternos de este sentimiento puro.
Te lo he escrito con la tinta del alma,
en versos que nacen de lo más profundo,
en cada línea que dibuja tu mirada,
en cada metáfora que guarda tu esencia,
Te quiero con las palabras que el ser desborda.
Te lo he revelado con el río sereno,
llevando en su corriente hojas secas y sueños,
reflejando con precisión tu mirada clara,
abriéndose paso entre piedras y raíces antiguas,
siguiendo su destino hacia el mar infinito.
Te lo he confesado con el silencio absoluto,
cuando las palabras no pueden decir nada,
en la complicidad de nuestras manos unidas,
en la paz que encontramos al estar cercanos,
en el lenguaje callado que nace del alma.
Te lo he cantado con los pájaros alegres,
anunciando la llegada de un nuevo día,
volando libres sobre los campos verdes,
construyendo nidos donde criar sus polluelos,
llenando el aire con melodías de esperanza.
Te lo he prometido con la luna plateada,
observando desde arriba nuestros pasos,
cambiando su forma ciclo tras ciclo eterno,
bañando de plata los paisajes nocturnos,
siempre presente aunque a veces no se vea.
Te lo he jurado con cada hora vivida,
en los momentos simples de la rutina diaria,
en la paciencia que construye lo duradero,
en los pequeños detalles que hablan sin voz,
en la verdad que perdura más allá del tiempo.
Y ahora busco decírtelo con mi existencia entera,
con todo lo que fui y todo lo que seré todavía,
con la esencia permanente de mi propio ser,
con la entrega completa que no pide nada,
te quiero con el amor que vive más allá del último aliento.
—Luis Barreda/LAB
Tujunga Canyon, California, USA
Noviembre, 2025