Quisiera que fuera yo el poeta que escribe los bellos versos
y el que exclama con voz de entonación
los fuertes y dulces deseos.
Deseos de paz, de esperanza, de no a la guerra,
pero mis versos aún no se adaptan.
Es más, se mezclan.
Quisiera que fuera yo el que escriba sobre el amor,
sobre el escenario para crear una hermosa ilusión,
pero no hay respuesta.
No hay respuesta en mis versos, no hay identidad en mis estrofas:
es una copia banal y desperdicio de muchas horas.