EL MEJOR MAÍZ DEL MUNDO
Leyenda de Nava, Coahuila
Por Héctor Franco
Se dice que, hace muchos años, cuando los abuelos eran niños, al pueblo de Nava llegó Don Fernando, quien, a la brevedad, compró las hectáreas del eje norte, junto a la acequia. Eran tierras áridas, sin vida, tétricas, que jamás nadie quiso. Solo él sabe por qué lo hizo. Se las compró a Don Jesús, que las había heredado por generaciones; resignado, a lo perdido, lo ganado fueron casi regaladas.
Cuando las adquirió era diciembre, el mes más frío de los últimos años.
Con el tiempo, las hectáreas se convirtieron en parcelas. Los que vieron dicen que quienes entraban ahí… ya no salían. Como Teresita y Luis, que se juntaban a amarse y se adentraron en las parcelas una madrugada de verano. Se cuenta que, en la cosecha siguiente, Don Fernando fue proclamado en la región por su maíz tan jugoso y exquisito.
Fueron años consecutivos de premios por su maíz, y más se acrecentó la idea colectiva de que esas parcelas estaban malditas, pues desde su inicio sucedieron desapariciones sin explicación. Felipe, padre de Teresita, junto con otros pobladores, cercaron las parcelas y colocaron letreros de “Peligro”. Advirtieron no pararse ni siquiera frente a esas tierras.
Ese año no hubo cosechas, no hubo premios… y no se supo nada de Don Fernando jamás.
Por eso tengan cuidado cuando les digan:
“Aquí se da el maíz más rico del mundo.”
De hecho, y pensándolo bien… dicen que este año se celebró la Feria de la Sandía, allá por Guerrero, y un recién llegado al pueblo ganó el premio a:
“La mejor sandía del mundo.”