Hogar y Horizonte
Cuando estoy arriba
y decido bajar,
nunca desciendo,
porque ando cargado
de sueños,
que me mantienen erguido,
pensando nuevas formas de ser.
Desde mi cuarto, pienso y soy.
Peldaño a peldaño, desciendo
a la realidad, sin engaño.
Veo el horizonte,
me elevo y surco cielos,
volando sobre la ciudad.
Abajo mi terruño,
ese que añoro por su amabilidad.
¡Este es mi hogar,
mi verdadero pedestal!
Llego cansado
y, en el sosiego nocturnal,
existo.
Mi cuarto es mi casa,
mi casa es mi hogar,
ambos se funden y se alebrestan,
se elevan,
porque volar es una utopía,
libre y posible
que da paz,
en tanto suspiro por un mundo mejor,
más justo y más humano,
que, allá o acá,
se escala para de nuevo empezar.