No soy el que ayer te beso
el que recorrió tu cuerpo y se encendió con tus besos
puede que parezca el mismo, pero no lo soy.
Tú no eres la que ayer me beso
y tus manos me brindaron con amor: un café
y entre risas, recorríamos las calles.
Somos distintos, aunque te sigas llamando como siempre
y yo Mauro.
Aun nos queda. de los éramos ayer, ese inmenso amor
que nos unió.