En los dulces ríos de mi memoria
habita tu recuerdo, tu esencia, tu sombra.
En este planeta que gira como noria
tus manos acurrucan mi recuerdo
de ti, de mí, de días de gloria.
En los días lluviosos que lloran mi alma
tu falta de presencia se hace más notoria
las palabras se me atascan,
muere mi oratoria
al recordar el recuerdo
de tu presencia gravitatoria.
Y cuando miro las cosas que dejaste atrás
recuerdo que tanto tú, como yo, como nosotros, somos historia
y que aún habiendo ganado todas las discusiones
aun así tu te llevaste la victoria.