La cigarra tiene una hamaca
marrón tirando a negro
donde alegre se mece y canta
ahuyentando al calor veraniego.
La cigarra en el desespero
se quita camisa y pantuflas,
también se quita el sombrero
y en su hamaca se camufla.
Y si cae un aguacero
de esos que caen de pronto
la cigarra hace silencio
y termina el alboroto.
Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela.