El mosquito es una galaxia que ruge
en la cima de la nada, cuando vuela
destella luces líquidas; las luciérnagas
celosas muerden las hojas de la limonaria.
El mosquito es un río angosto que baila
chorreando tinta a verso sumergido entre
las hojas de una orgía fragmentada:
zumba el pasado… el futuro calla.
El mosquito es una canción doblegada
de múltiples retóricas, una ligera roca
de impresionismo: fuego enardecido por la furia,
imploración abstracta de índole y centón.
El mosquito es el espíritu de la mentira
que pica y luego enferma, que vuela y luego cura
que sueña y luego vive: el mosquito es la peste
indomable de la muerte que siembra terror.