PECH

Abandono

¿Quién podrá decirle a la noche

cuanto aborrezco su mirada?

Puesto que me robo el alma

y aquí estoy viendo su derroche.

 

¿Quién podrá decirle a la vida

cuanto daño me hizo sus besos?

Yo que inocente caí preso

en su trampa dulce y maldita.

 

Si ya no hay respuesta a mis dichos

solo tengo que contemplar

lo lejano de su mirar;

yo debo hundirme en los vicios.

 

El vicio de besarle los labios

el arrullo de voz en mi oído

la caricia que llena de sentido

los jarrones vacíos de mis años.

 

Creí que ella era mi compañera

y le di lo mejor de mi corazón

por ella perdí hasta la razón

dejándome esta realidad funesta.

 

Escuchen este alarido de dolor

vean en lo que me he convertido

ahora soy un hombre perdido

en las garras del desamor.

 

Huyo hacia donde su imagen clama

en ocasiones la veo en mis sueños

nunca pensé vivir en el duelo,

el que consuela es mi cama.

 

¡Vida mía, escucha mi lamento!

¿Por qué dejas a las flores sin color?

Robándoles a las alondras su olor

¿por qué me dejas con miedo?

 

¿Pero que puedo decirte a ti?

Si como paloma has volado,

la mañana me la has arrebatado

y mi cuerpo se apaga por ti.

 

Te fuiste sin decir nada

ni una nota, ni un adiós;

he conversado con Dios

y no hay respuesta a mi alma.

 

Siento un dolor en las entrañas

que sangran cuando escucho de ti

quizás yo logre sobrevivir

y si no, ¿de que me sirven las mañanas?