ADISTANCIA DE TU PIEL.
Nada vuelve a ser lo mismo.
Ni la primera vez que te vi,
ni el último verso que escribí.
Entraste como una fiebre, como una idea fija;
creí que te irías, pero echaste raíces.
Ahora no hay dique ni muro que aguante,
porque al mirarte, mi defensa se disuelve.
Nada se compara a quererte en silencio.
Es estar ahí, presente pero invisible,
a distancia de tu piel.
Las pupilas son gravedad, y yo un planeta ciego
orbitando una luz que acabará por matarme.
Me convertí en arquitecto de mundos de humo,
un paraíso fantasma donde solo cabemos dos.
Me hiciste tocar un cielo falso,
sentirlo todo...
mientras tu corazón se vuelve invierno perpetuo.
Álvaro s.