Marvin Ramirez

​El Retorno Efímero

Esta madrugada, la lluvia vino a buscarme; su toque en el cristal era una caricia apenas audible, un suave murmullo que pronunciaba mi nombre. La abrí paso a la penumbra de mi alcoba.

 

​En su cadencia cristalina, escuché tu eco. Por un instante, la ilusión me hizo creer que eras tú. Retomamos la charla como si el tiempo fuera un concepto olvidado: risas profundas al desgranar filosofía, política, y todo aquello que es la vida.

 

​Mas las nubes que portan el agua también la liberan. Con esa misma ligereza, entre un abrir y cerrar de ojos, te volviste a marchar, disuelta nuevamente en la vasta quietud de mi memoria.