Un día dejarás de enredarte entre mis letras,
de colarte en mis pensamientos,
de esconderte en el aroma del café,
de interceptarte en mis sueños.
Un día dejaré de buscarte entre la gente,
entre los sonetos, entre las canciones
entre las historias de los libros tristes,
dejarás de estar presente en estos flojos versos.
Un día renunciaré a buscarte en los rincones,
y dejaras de esconderte entre los lugares
que aún replican tu nombre.
Un día serás sólo olvido
y al fin cesará frío y aquel vacío
que me dejó tu partida.
Un día vendrás a leer mis poemas
y ya no te encontrarás entre estas letras ingenuas
y yo hallaré tu olvido en el último suspiro
mi corazón retumbará el último latido
de aquella mujer que te amo sin dudar
pero que un día ya no estará más.